Algunas tradiciones aborígenes consideran que los espíritus de los antepasados (miembros de la familia y amigos fallecidos) son importante maestro dentro del tema del desapego por que ya han afrontado el proceso de transición y han experimentado la quintaesencia de lo desconocido, la muerte. Están atrás de nosotros para ayudarnos a cumplir nuestro propósito, el sueño de nuestra vida. La mayoría de las tradiciones chamanicas creen que los espíritus de los antepasados masculinos están detrás de nosotros en el lado derecho del cuerpo y los espíritus de los antepasados femeninos están detrás de nosotros en el lado izquierdo del cuerpo.
Creen que los espíritus de los antepasados se dedican a supervisar que las generaciones actuales y futuras realicen sus sueños o propósitos vitales. La importancia de estas conexiones ancestrales y la ayuda que suponen, que está profundamente enraizada en nosotros: “todos mis antepasados, en su plenitud, viven en mí y seguirán viviendo, junto conmigo en mis descendientes”.
Las sociedades aborígenes de américa del norte, en muchas de sus plegarias, nos recuerdan esas conexiones pasadas y presentes cuando dicen: “por la pasada generación y las siete generaciones futuras, rezo por…” muchas culturas indígenas reconocen que cada individuo es un portador de la tradición para las generaciones pasadas y para las venideras.
Es importante que pensemos como podemos manifestar en el mundo “lo bueno, lo verdadero, lo bello” que aporta nuestro linaje y que sepamos que la cualidad de nuestra vida contribuye a las oportunidades y desafíos que afrontaran las generaciones futuras. Cuando pensamos en nuestros tíos o abuelos favoritos que han fallecido, es fácil recordar lo bueno, lo verdadero y lo bello que contiene nuestra naturaleza.
Muchas sociedades indígenas creen que los espíritus de los antepasados están presentes para ayudarnos a travesar la última puerta, el proceso de la muerte. Como los espíritus los antepasados nos enseñan a soltar y desapegarnos, son los maestros que nos ayudan a prepararnos para las experiencias desconocidas y poco usuales, cuyo principal exponente es la muerte.
Si solicitamos la ayuda de los espíritus de nuestros antepasados para que nos ayuden a afrontar situaciones desconocidas, también podemos pedirles ayuda para realizar el sueño de nuestra vida.
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