Las sociedades indígenas de todo el mundo vinculan el proceso de desarrollar el propio poder y la fortaleza con el mito del guerrero se les ha llamado líderes, protectores, brujos, aventureros y exploradores.
En la sociedad occidental contemporánea, convertirse en un líder eficaz en cualquier campo de actuación implica desarrollar el guerrero interno.
El principio que guía al guerrero es el de mostrarse y elegir estar presente. El guerrero maduro muestra honor y respeto por todas las cosas, emplea la comunicación juiciosa, estable límites y fronteras, es responsable y disciplinado, demuestra un uso correcto del poder y entiende los tres poderes universales.
HONOR Y RESPETO
Quizá el aspecto más importante del guerrero sea su destreza para expresar hoy y respeto. Honor es la capacidad de mostrar respeto a otro individuo. Nos hacemos honorables cuando nuestra capacidad de mostrar respeto se expresa y fortalece. El termino respeto procede de la palabra latina respirece, que significa “La voluntad o disposición de volver a mirar”. El guerrero está dispuesto a echar una segunda mirada en lugar de aferrarse a una visión particular de una situación o individuo.
Si queremos acceder al arquetipo del guerrero y convertirnos en lideres eficaces, debemos estar dispuestos a examinar nuestras numerosas habilidades reales en lugar de fijarnos únicamente en uno o quizá en dos aspectos de aquel que creemos ser. Los líderes que disfrutan del éxito son capaces de apreciar la diversidad dentro de sí mismos y de los demás. Por ejemplo, el entrenador de un equipo competitivo consigue lo mejor de los jugadores poniéndolos en posiciones diferentes para que puedan desarrollar su potencial, en lugar de insistir en que jueguen en el puesto para que el que fueron contratados.
Cuando estamos dispuestos a mirar de nuevo, demostramos respeto. Esto nos permite estar abiertos y ser flexibles con nosotros mismos y con los demás.
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